Adiestramiento Canino

Definición de adiestramiento canino

El adiestramiento canino es la aplicación de un análisis de comportamiento que utiliza los eventos ambientales de los antecedentes y las consecuencias para modificar el comportamiento de un perro, ya sea para ayudarlo en actividades específicas o para realizar tareas concretas, o incluso para adaptarse y convivir sin problemas en la vida cotidiana. El adiestramiento canino para trabajos específicos se remonta, por lo menos, a la época romana, pero el adiestramiento de perros para que sean mascotas familiares adaptadas a nuestra forma de vida se empezó a desarrollar en los años 50 del siglo pasado.

Cómo educar a un perro

Adiestramiento Canino
Adiestramiento Canino – Educando a 6 Perros

Es importante entender la diferencia entre adiestrar y educar a un perro.

Al hablar de educación canina, nos estamos refiriendo a enseñar a un perro a relacionarse de una forma adecuada en su entorno y a convivir de forma correcta en su grupo familiar.

Sin embargo, el adiestramiento canino se refiere a la acción de hacer diestro, enseñar o instruir al perro sobre una determinada técnica o actividad, con determinada finalidad o misión.

Por tanto, pese a haber temas comunes, como puede ser enseñar al perro a quedarse quieto, sentarse, no tirar de la correa… las finalidades y los métodos usados suelen ser muy distintos.

En el adiestramiento, se trabaja más entrenando para conseguir la perfección del ejercicio o trabajo, mientras que, la educación del perro, a pesar de estar también dirigida a lograr que un perro obedezca las órdenes básicas de su dueño, implica mucho más que una buena obediencia. En esta, se da más importancia al estado emocional del animal y a la conexión entre el perro y el humano.

Dentro del Adiestramiento canino tenemos dos grandes vertientes, el Adiestramiento tradicional, basado principalmente en el miedo y en el dolor; y el Adiestramiento en Positivo, basado en la conexión con el perro y el trabajo en equipo con un objetivo común, disfrutar del entrenamiento.

Cómo aprende un perro

Un perro aprende de las interacciones que tiene con su entorno. Esto puede ser a través del condicionamiento clásico, donde el perro forma una asociación entre dos estímulos; aprendizaje no asociativo, donde el comportamiento del perro se modifica a través de la habituación o la sensibilización; y condicionamiento operante, donde el canido forma una asociación entre un antecedente y su consecuencia.

Hay muchos métodos establecidos para el entrenamiento de perros, cada uno con sus seguidores y críticos. Algunos de los procedimientos de adiestramiento de perros más conocidos incluyen el método Koehler, el adiestramiento con clicker, el adiestramiento motivacional, el adiestramiento electrónico, el adiestramiento del modelo-rival, el adiestramiento basado en la dominación y el adiestramiento basado en relaciones.

Las características comunes de todos estos métodos para tener éxito, son conocer los atributos y la personalidad del animal, el momento exacto de refuerzo y / o castigo y una comunicación constante.

Hay que tener muy presente que el uso del castigo es bastante controvertido, tanto por simple humanidad, como por su eficacia cuestionada por muchos conductistas.

¿Qué son mejores, las clases individuales de adiestramiento canino o clases en grupo?

El adiestramiento individualizado suele ser ideal para perros que tienen un problema urgente o único, como miedo, hiperactividad, agresión (y otros problemas relacionados), ansiedad por separación, mordidas, ladridos excesivos, inseguridad, conductas destructivas, dificultades para caminar con la correa y eliminación en sitios inapropiados (hacer sus cosas por todas partes). Este tipo de entrenamiento, normalmente, se debería llevar a cabo donde se da el problema y no en una clase de grupo. El adiestramiento en grupo, puede ser más efectivo para fomentar la socialización y el juego en grupo. Las clases a menudo se ofrecen a un precio más asequible y pueden abarcar tanto las conductas problemáticas como enseñar nuevas habilidades. Las clases pueden abarcar desde adiestramiento para cachorros y principiantes hasta entrenamientos más avanzados y aprendizaje de habilidades, como realizar trucos o trabajos de terapia.

Tipos de Adiestramiento canino

Método koehler

Siguiendo el modelo establecido en el libro del Método de adiestramiento canino de Koehler, unos 50 años más tarde, este método sigue siendo enseñado para entrenamientos privados y clases. El método se basa en la filosofía de que un perro actúa sobre su derecho a elegir sus acciones. Koehler explicó que el comportamiento aprendido de un perro es un acto de elección basado en su propia experiencia de aprendizaje. Cuando esas elecciones están influenciadas por la expectativa de recompensa, lo más probable es que el comportamiento se repita, y cuando esas elecciones están influenciadas por la anticipación del castigo, es muy probable que cesen. Una vez que el perro ha aprendido que sus elecciones dan como resultado una comodidad o incomodidad, se le puede enseñar a tomar las decisiones correctas. El perro actúa, recuerda las consecuencias de dicha actuación y crea el deseo de repetir o evitar esas consecuencias. Los partidarios de este método de entrenamiento canino creen que una vez que el comportamiento se ha enseñado correctamente, debe ser realizado, por lo que, se debe dar cualquier corrección, justa, razonable y esperada. Si bien el modelo se ha utilizado de manera consistente desde 1962, muchos adiestradores y etólogos no consideran necesarios, humanitarios o apropiados algunos de los procedimientos de castigo descritos en el libro.

Adiestramiento canino motivacional

El Adiestramiento motivacional emplea el uso de recompensas para reforzar el buen comportamiento e ignora todo mal comportamiento. Se basa en la Ley de Efecto de Thorndike, que dice que las acciones que producen recompensas tienden a aumentar en frecuencia y las acciones que no producen recompensas disminuyen en frecuencia.

El entrenamiento motivacional tiene sus raíces en el entrenamiento de animales en cautiverio, donde la compulsión y las correcciones son difíciles y peligrosas, e ignorar el mal comportamiento no es problemático, ya que el animal vive en condiciones controladas. Como estrategia de entrenamiento del perro, el entrenamiento puramente motivacional es factible, pero difícil, ya que requiere tiempo y paciencia para controlar las recompensas que el perro recibe por su comportamiento. Algunas actividades como saltar o perseguir ardillas son intrínsecamente gratificantes de por sí, la actividad es su propia recompensa y, con algunas actividades, el entorno puede proporcionar el refuerzo positivo, como cuando la respuesta del perro del vecino fomenta los ladridos.

Adiestramiento con Clicker

El entrenamiento con clicker es un apodo dado a un sistema de adiestramiento de refuerzo positivo basado en el condicionamiento operante (no confundir con el Adiestramiento en Positivo. Si quieres saber más sobre este, aquí te dejo la definición de Adiestramiento en Positivo. El adiestramiento con clicker también puede denominarse entrenamiento con marcadores. El sistema utiliza refuerzos acondicionados que pueden entregarse de manera más rápida y precisa que los refuerzos primarios, como los alimentos. El término «clicker» proviene de un pequeño grillo metálico adaptado de un juguete que el entrenador usa para marcar con precisión el comportamiento deseado; sin embargo, algunos entrenadores usan un silbato, una palabra o incluso una luz como refuerzo condicionado. El entrenador entrega un refuerzo primario, como un juguete o una golosina, después del ruido o la señal.

Adiestramiento a base de impulsos eléctricos

El entrenamiento basado en impulsos eléctricos implica el uso de una descarga eléctrica como aversivo. La forma más común es a través de collares que se pueden activar de forma remota, o que se activan con ladridos, cercas que producen una descarga cuando un perro que lleva un collar especial cruza un cable enterrado, alfombras que se pueden colocar en los muebles para producir una descarga… Algunos utensilios producen un aversivo como, por ejemplo, un spray de citronela cuando se dispara. El uso de aversivos a través de descargas eléctricas para entrenar perros es un tema de considerable controversia. Los partidarios afirman que el uso de dispositivos electrónicos permite el adiestramiento a distancia y la posibilidad de eliminar el comportamiento de auto recompensa, y señalan que, si se usan correctamente, tienen menos riesgo de estrés y lesiones que los dispositivos mecánicos, como los collares de estrangulamiento. Los opositores mencionan los riesgos de traumas físicos y psicológicos asociados con el uso incorrecto o abusivo.

En un estudio, perros de la raza Beagle criados en el laboratorio se dividieron en tres grupos. El grupo A recibió una descarga eléctrica cuando los perros tocaban la presa (un conejo de juguete fijado a un dispositivo para activar el movimiento). El Grupo H recibía una descarga cuando no obedecían un comando de recuperación previamente entrenado durante la caza. Por último, los perros del grupo R fueron sometidos a descargas eléctricas de manera arbitraria, es decir, la descarga se administraba de manera impredecible y fuera de contexto. El grupo A no mostró un aumento significativo en los niveles de cortisol salival, mientras que el grupo R y el grupo H mostraron un aumento significativo. Esto llevó a la conclusión de que los perros que podían asociar claramente el estímulo eléctrico con su acción, por ejemplo, tocar la presa y, en consecuencia, podían predecir y controlar la descarga, no mostraban indicadores de estrés considerables o persistentes, mientras que los perros que no eran capaces de controlar la situación y evitar así la descarga mostraron grados de estrés significativo.

En 2004, se publicó un estudio que se basó en la observación de varias razas de perros entrenadas para el trabajo de protección utilizando collares eléctricos, que mostraron que, aunque los perros entrenados electrónicamente pueden llegar a ser perros excelentes de guarda, su comportamiento hacia los humanos y su forma de trabajar cambian, a menudo indicando un aumento significativo de la incertidumbre y reactividad.

Adiestramiento canino modelo-rival

Basado en los principios del aprendizaje social, el adiestramiento basado en el modelo rival usa un modelo, o un rival para la atención, para demostrar el comportamiento deseado. El método fue utilizado por Irene Pepperberg para entrenar a Alex, un loro gris africano, para nombrar una gran cantidad de objetos. McKinley y Young realizaron un estudio piloto sobre la aplicabilidad de una versión modificada del método modelo-rival al entrenamiento de perros domésticos, señalando que los orígenes del perro como miembro de grupos sociales grandes y complejos promueven el aprendizaje observacional. El entrenamiento modelo-rival implicaba una interacción entre el entrenador, el perro y una persona que actuaba como modelo-rival, es decir, un modelo para el comportamiento deseado y un rival para la atención del entrenador.

De este estudio, se dedujo que los tiempos de rendimiento para completar un adiestramiento eran similares para los perros entrenados con condicionamiento operante o el método del modelo rival. Además, el tiempo total de entrenamiento requerido para completar la tarea fue comparable para ambos métodos.

Un grupo de adiestramiento de perros húngaro llamado Népszigeti Kutyaiskola utiliza una variación del entrenamiento modelo-rival que describen como el Método Espejo. La filosofía del método espejo es que los perros aprenden instintivamente siguiendo el ejemplo de otros en su esfera social. El núcleo del programa es incluir al perro en todos los aspectos de la vida del propietario y reforzar positivamente los comportamientos imitados. El entrenamiento del perro mediante el método espejo se basa en utilizar los instintos e inclinaciones naturales de un perro en lugar de trabajar en contra de ellos.

Adiestramiento canino basado en la dominancia

Los conceptos de «manada» y «dominio» en relación con el adiestramiento canino se originaron en la década de 1940 y fueron popularizados por los Monjes de New Skete en la década de 1970. El modelo se basa en la teoría de que «los perros son lobos» y que los lobos viven en manadas jerárquicas donde un macho alfa gobierna a todos los demás, entonces los humanos deben dominar a los perros para modificar su comportamiento.  Sin embargo, estudios recientes han demostrado que los lobos en la naturaleza realmente viven en familias nucleares donde el padre y la madre son considerados los líderes de la manada, y el estatus de su descendencia depende de su orden de nacimiento, lo cual no implica luchar para alcanzar un rango más alto, ya que los lobos más jóvenes respetan el liderazgo natural de sus padres.

Los etólogos afirman que el uso de la dominación para modificar un comportamiento puede suprimir el comportamiento sin abordar la causa subyacente del problema. Lo cual, puede exacerbar el problema y aumentar el miedo, la ansiedad y la agresividad del perro. Los perros sometidos a amenazas repetidas pueden reaccionar con agresión no porque intenten ser dominantes, sino porque se sienten amenazados y temerosos.

Los investigadores han expuesto varias razones por las que el modelo de adiestramiento por dominancia es una mala elección para el adiestramiento de perros.

  • Primero, una relación basada en el dominio es únicamente para obtener acceso prioritario a recursos escasos, no para imponer comportamientos particulares en el animal menos dominante, por lo que el modelo de dominancia es irrelevante para la mayoría de los comportamientos que las personas desean de sus perros, tales como como cuando se llama o se camina tranquilamente con una correa.
  • Segundo, relaciones de dominio-sumisión, una vez establecidas, se ponen a prueba constantemente y deben reforzarse regularmente. Por lo tanto, es posible que las personas, especialmente los niños y los ancianos, no puedan conservar su rango y corran el riesgo de sufrir heridas si intentan hacerlo.
  • En tercer lugar, los individuos dominantes obtienen acceso prioritario a los recursos, pero solo mientras están presentes, establecer el dominio sobre un perro no garantiza su comportamiento cuando el individuo dominante está distante o ausente.

Adiestramiento canino basado en la relación con el perro

Derivado de las teorías del interaccionismo simbólico, el entrenamiento basado en relaciones explota los patrones de comunicación, interpretación y ajuste entre los perros y sus adiestradores. Sobre la base de una relación positiva entre ellos, el método propone lograr resultados que beneficien tanto al perro como al adiestrador, al tiempo que se mejora y fortalece la relación entre ellos.

Los principios básicos incluyen garantizar que las necesidades básicas del perro se hayan cumplido antes de comenzar una sesión de entrenamiento, descubrir qué motiva al perro y usarlo para provocar comportamientos, interpretar el lenguaje corporal del perro para mejorar la comunicación entre el perro y el entrenador, usar refuerzo positivo para incentivar comportamiento deseado, entrenar comportamientos incompatibles para reemplazar comportamientos no deseados y controlar el entorno del perro para limitar la posibilidad de comportamientos no deseados.

Un enfoque basado en las relaciones para el entrenamiento del perro no depende del uso de utensilios o premios específicos. La relación está siempre ahí, y la conexión entre el perro y el entrenador es lo suficientemente poderosa para alcanzar los objetivos del entrenamiento.

Cómo Educar a un perro en base a los métodos de aprendizaje

Condicionamiento Operante

El condicionamiento operante (o condicionamiento instrumental) es una forma de aprendizaje en la que el comportamiento de un individuo se modifica por sus consecuencias. Dos motivaciones complementarias impulsan el aprendizaje instrumental: la maximización de resultados positivos y la minimización de los aversivos. Hay dos maneras en que el comportamiento se refuerza o fortalece: el refuerzo positivo ocurre cuando un comportamiento se fortalece al producir alguna consecuencia deseable; el refuerzo negativo ocurre cuando una conducta se fortalece al evitar alguna consecuencia indeseable. Hay dos formas para que el comportamiento disminuye o se debilita: el castigo negativo ocurre cuando un comportamiento se debilita al no producir una consecuencia de refuerzo; y el castigo positivo ocurre cuando un comportamiento se debilita al producir una consecuencia que es un desincentivo. En combinación, estas contingencias básicas que refuerzan y castigan proporcionan cuatro formas de modificar el comportamiento. El refuerzo aumenta la probabilidad relativa o la frecuencia del comportamiento que sigue, mientras que el castigo disminuye la probabilidad relativa o la frecuencia del comportamiento que sigue.

Los eventos típicos de refuerzo positivo satisfacen alguna necesidad fisiológica o psicológica, por lo que puede ser comida, un juego o una demostración de afecto. Diferentes perros encontrarán diferentes cosas que refuerzan. El refuerzo negativo ocurre cuando un perro descubre que una respuesta particular termina con un estímulo aversivo. Un aversivo es cualquier cosa que no le guste al perro, como una advertencia verbal o una cadena de estrangulamiento apretada.

El castigo se define operativamente como un evento que reduce la probabilidad del comportamiento que sigue. No es un «castigo» en el sentido común de la palabra, y no significa daño físico o psicológico, y ciertamente no significa abuso. El castigo simplemente implica la presentación de una consecuencia no deseada (castigo positivo) cuando se realiza el comportamiento incorrecto, como un chasquido de la correa, o la eliminación de una consecuencia deseada (castigo negativo) cuando se realiza el comportamiento incorrecto, como el entrenador comiéndose el trozo de salchicha que hubiera sido la recompensa para el perro.

Un comportamiento que se haya desarrollado previamente puede cesar si se detiene el refuerzo; Esto se llama extinción. Un perro que salta a su dueño para que le preste atención, eventualmente dejará de hacerlo si deja de recibir atención cuando realiza ese comportamiento.

Condicionamiento clásico

El condicionamiento clásico (o condicionamiento pavloviano) es una forma de aprendizaje en la que un estímulo, el estímulo condicionado, señala la aparición de un segundo estímulo, el estímulo no condicionado. El condicionamiento clásico es cuando un perro aprende a asociar cosas en su entorno, o descubre algunas cosas que simplemente van juntas. Un perro puede temer a la lluvia mediante una asociación con truenos y relámpagos, o puede asociar el que el dueño se ponga un par de zapatos en particular con el salir a la calle.

El condicionamiento clásico se usa en el adiestramiento del perro para ayudar al perro a hacer asociaciones específicas con un estímulo particular, particularmente para superar el miedo a las personas y a situaciones específicas.

Aprendizaje no asociativo

El aprendizaje no asociativo es el cambio de una respuesta a un estímulo que no implica asociar dicho estímulo con otro estímulo o evento como la recompensa o el castigo. Habituación es aprendizaje no asociativo. Un ejemplo sería cuando un perro que reacciona con entusiasmo ante el timbre de una puerta, si lo sometemos a repetidos timbres sin qué entre ningún visitante, dejará de reaccionar a los estímulos sin sentido. Se habitúa al ruido.

En el otro lado de la habituación está la sensibilización. Las reacciones de algunos perros a los estímulos se vuelven más fuertes en vez de habituarse a los estímulos o eventos repetidos. La desensibilización es el proceso de emparejar experiencias positivas con un objeto, persona o situación que causa temor o ansiedad. La exposición constante al objeto temido junto con las recompensas permite que el animal se estrese menos y se desensibilice en el proceso. Este tipo de entrenamiento puede ser efectivo para los perros que temen los fuegos artificiales.

La irrelevancia aprendida es cuando los perros que están sobreexpuestos a un estímulo o señal, aprenden que la señal es irrelevante porque la exposición ha demostrado que no se derivan incidentes de la misma. Por esto, el dueño de un perro que continuamente dice «Siéntate, siéntate» sin respuesta ni consecuencia, enseña inadvertidamente al perro a ignorar la señal.

La indefensión aprendida se produce cuando un perro deja de responder en una situación en la que no tiene opción de evitar un evento negativo. Para que ocurra una indefensión aprendida, el evento debe ser traumático y debe estar fuera del control del perro. Los perros que están expuestos a un castigo impredecible o incontrolado corren el riesgo de desarrollar trastornos asociados con el desorden de indefensión aprendida. Un claro ejemplo de esto es cuando el castigo tiene lugar mucho después del evento, cómo cuando llegamos a casa y castigamos a nuestro perro por haberse hecho pipí o haber roto algo.

Aprendizaje mediante la observación

El aprendizaje observacional es el aprendizaje que se produce al observar el comportamiento de los demás. Esta forma de aprendizaje no necesita refuerzo para ocurrir; en cambio, se requiere un modelo a seguir. Si bien, el modelo no intenta inculcar intencionadamente ningún comportamiento en particular, muchos comportamientos que se observan se recuerdan e imitan. El perro doméstico es una especie social y su dependencia social lo hace consciente del comportamiento de los demás, lo que contribuye a su propio comportamiento y habilidades de aprendizaje. Sin embargo, hay una discusión continua sobre cuánto y cómo pueden aprender los perros al interactuar entre ellos y con las personas.

El término «aprendizaje observacional» abarca varios conceptos estrechamente relacionados: comportamiento alelomimético o mímica donde, por ejemplo, los cachorros siguen o copian a otros de su especie; facilitación social donde la presencia de otro perro provoca un aumento en la intensidad de un comportamiento; y mejora local que incluye piezas de facilitación social, imitación y aprendizaje de prueba y error, pero es diferente del verdadero aprendizaje observacional en que el perro participa activamente en el comportamiento en presencia del otro perro y / u otras señales ambientales. Son Cuatro las condiciones necesarias para el aprendizaje observacional:

  • Atención.
  • Retención.
  • Motivación.
  • Producción.

Es decir, el perro debe prestar atención al perro o persona que realiza el comportamiento modelado; retener la información recopilada sobre el comportamiento durante la observación; estar motivado para reproducir el comportamiento en un tiempo y lugar retirados del original; y finalmente, producir el comportamiento, o algún parecido razonable del mismo.

Los cachorros entre las edades de 9 a 12 semanas a los que se les permitió observar en el trabajo a sus madres que detectan narcóticos en general, demostraron ser más capaces de aprender las mismas habilidades a los seis meses de edad que los cachorros de la misma edad a los cuales no se les permitía previamente ver a sus madres trabajando.

Un estudio de 2001 registró el comportamiento de los perros en pruebas de desvío, en las cuales se colocó un juguete o su comida favorita detrás de una cerca en forma de V. La demostración de hacer el rodeo por parte de los humanos mejoró significativamente el rendimiento de los perros en las pruebas. Los experimentos mostraron que los perros pueden confiar en la información proporcionada por la acción humana cuando se enfrentan a una nueva tarea. Significativamente, no copiaron el camino exacto del guía humano, sino que adoptaron el comportamiento mostrado por los humanos para alcanzar su objetivo. Un experimento realizado por Adler y Adler en 1977 encontró que los cachorros que observaban a otros cachorros aprender a tirar de un carrito de comida hacia sus jaulas con una cinta adherida, demostraron ser considerablemente más rápidos en la tarea cuando más tarde se les dio la oportunidad. A los 38 días de edad, cachorros que no habían sido expuestos a las observaciones, tardaban un promedio de 697 segundos en triunfar, mientras que los observadores tuvieron éxito en un promedio de 9 segundos.